La memoria de la piel- Venancio Rodriguez

LA MEMORIA DE LA PIEL

Una montañera de cierta edad le pregunta a un chico: ─ ¿Cómo se llama esta zona? Y el chico le contesta: ─ Pues no lo sé. Soy un ignorante de los nombres de las montañas. Los intelectuales van por allí arriba. La señora vuelve a preguntar: ─ Es que me gustaría saber cómo se llama esta montaña. Y el chico le pregunta: ─ ¿Y para qué lo quiere saber? La señora le responde: ─ Me cuesta recordar. Lo intento, lo intento, pero no consigo acordarme de los nombres. A lo que el chico repone: ─ Hay técnicas para memorizar. Pero eso no le va a ayudar a ser feliz. Le ayudará a seguir adelante recordar una caricia. Le ayudará a superar las amarguras un beso. Le ayudará a sobrellevar la vida un abrazo. Le ayudará a seguir adelante una poesía… Sin decir nada, la señora sonríe. El chico sigue hablando: ─ Déme la mano. La señora se la da. El chico le coge la mano y por el dorso de ella le hace una lenta caricia, y le dice: ─ Recuerde esto señora, ¡Ah! Recuerde también que la piel tiene memoria. Venancio Rodríguez Sanz

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